¡Happy Monday!
Increíblemente, cuando somos niños sabemos el poder que tiene decir que NO. Cada vez que un niño no quiere hacer algo, no tiene ningún problema en decir que NO, incluso si tiene que patalear…
Pero conforme vamos creciendo, decir que no y establecer límites o barreras a los demás, nos empieza a resultar difícil, simplemente porque empezamos a negociar con nosotros y creemos que decir que sí al otro, retornará en que esa persona «nos quiera».
Hay gente que simplemente le gusta complacer a los demás y, por lo tanto, le cuesta muchísimo poner límites a los pedidos o demandas de los demás. Quieren conformar a todo el mundo y frecuentemente, sucede que conforman a quien no se lo merece, dicen que NO a quien sí se merece tener su complacencia y terminan agotados.
Una persona complaciente hace un montón de cosas por los demás. Se siente bien siendo una persona en la que se puede confiar, que le puede solucionar los problemas a todos y que puede hacer que las personas que le rodean se sientan bien en su compañía. Por ello, tienen un verdadero problema diciendo que NO y aparcan sus propias necesidades para hacer felices a los demás.
Si eres una de estas adorables personas, este Happy Monday es para ti y espero que realmente utilices los tres tips prácticos para lidiar con la culpa que te puede significar decir que NO cuando realmente te mereces hacerlo.
Espero que tengas una excelente semana!