Hay momentos en la vida en los que todo se nos complica. Cuando entramos en la década de los 40 y de ahí en adelante, empezamos a sentir que «la mochila» que cargamos a nuestras espaldas de responsabilidades de todo tipo, está llena, es pesada y muchas veces no sabemos ni siquiera muy bien por qué cargamos con lo que cargamos.
Estos son los momentos en que te sientes sobrecargado, estresado y sin muchas alternativas. Son los momentos en los que desearías que tu vida fuera más tranquila, que dejara de ser como una montaña rusa con subidas y bajadas. También son los momentos de mayor crecimiento personal y profesional, donde podrás definitivamente cambiar tu vida.
En estas circunstancias es cuando la filosofía de Simple, Smart & Sexy te puede aportar mucho sabiduría y practicidad a tu vida. El vídeo de hoy trata de cómo simplificar tu vida, con una fórmula práctica y real que cualquiera puede aplicar.
Te sugiero que mires el vídeo y luego vuelvas a este post.
Encontrar tu esencia
Mucha gente carga a sus espaldas «creencias» acerca de cómo deben ser las cosas. Definimos lo que está bien y lo que está mal de acuerdo a nuestras «creencias». Las creencias son como un «manual» inconsciente que te indica qué puedes hacer, qué no puedes hacer, cómo, cuándo y con qué tipo de personas tienes que hacerlo.
Es importante entender que esas creencias las elaboramos cuando somos niños y que años después siguen marcando tu vida a fuego. Para ser feliz, es importante aparcar las creencias y pensar ¿Qué es lo que tú, si fueras completamente libre y no te sintieras juzgado o limitado por nadie y por nada, harías?
Una vez que contestas a esta pregunta, puedes entonces simplificar la ecuación, aplicar la fórmula de la simplicidad:
«En la vida, lo que no te suma te resta. Lo que te resta, multiplícalo por cero.»
En esa multiplicación incluye todas las creencias que heredaste de otros, que pertenecen a tu pasado pero que ya no te suman si no que más bien, te restan.
También es importante entender que nadie ni nada es «completo». Si tú, por ejemplo, eres una persona tranquila, pausada, convencional no tienes que exponerte a situaciones de alto riesgo porque por más atractivas que puedan resultar, no son tu esencia y te terminarán lastimando, estresando, sobrecargando. Si por el contrario eres una persona intensa, apasionada, arriesgada, no debes intentar encasillarte en vivir una vida convencional y tranquila porque en el medio-largo plazo te aburrirá, abrumará o te sentirás atrapado sin alternativas.
Hay gente convencional que le gustaría tener la vida apasionante de la gente arriesgada, pero sin asumir sus riesgos. Y hay gente arriesgada, que le gustaría vivir los beneficios de la vida más tranquila y pausada de la gente convencional, pero sin su aburrimiento.
En definitiva, todo no se puede. Busca tu esencia y piensa qué es lo que a ti te hace feliz y no pretendas tener lo mejor de ambos mundos.
En el siguiente capítulo del lunes que viene, te contaré qué hacer con aquello que te suma para vivir una vida más inteligente… o sea, para obtener mejores resultados (emocionales, personales, profesionales, materiales) con menos esfuerzo.
Y recuerda que quiero saber de ti… cuéntame:
- ¿Cuál es el aspecto de tu vida más complicado en este momento?
- ¿Por qué te pesa la mochila?
- ¿Qué puedes hacer para multiplicar por cero aquellas cosas que te pesan, que las vienes acarreando del pasado y que ya no te suman más?
- ¿Qué te hace feliz?