Adaptarte a los cambios que no eliges, no siempre es fácil, especialmente cuando eres una persona que busca la seguridad y estabilidad en la vida.
La realidad nos sorprende cada día. Si te pones a pensar en ayer, seguro vas a darte cuenta que algo que llevabas años haciendo, cambió aunque sea en una pequeñísima parte.
A las personas nos gusta cambiar, pero no nos gustan los cambios… Un poco ridículo, ¿No?
Queremos que las cosas cambien, pero cuando cambian nos cuesta aceptar este cambio.
Hoy vamos a hablar de cómo adaptarte a los cambios que ocurren y que no eliges.
¿Cuáles son los cambios que tú no eliges?
Hay muchos tipos de cambio que una persona no elige. Por ejemplo en el trabajo, puede que te cambien de posición y no te guste, incluso que te despidan.
En la pareja, puede que las reglas cambien, que tu pareja decida que de ahora en más quiere salir con sus amig@s una vez por semana o que se quiere separar.
La economía de tu país puede cambiar y es algo que tú no controlas; en la salud, puede que un día te caigas y lastimes y por un tiempo no puedas ir a trabajar…
Realmente la lista de cambios que no elegimos es interminable. Tan interminable que te propongo una cosa: piensa y coméntame debajo ¿Qué cambió esta semana en tu vida y que está fuera de tu control? Seguro que algo cambió…
¿Cómo adaptarte a los cambios que no eliges?
A las personas no nos gustan los cambios porque somos animales de costumbres. Y nuestra parte animal quiere que todo siempre sea igual, pero las especies que sobreviven son aquellas capaces de adaptarse.
Por otro lado, es nuestra parte humana la que nos lleva a querer cambiar, porque sabemos que en el cambio está el progreso.
Para adaptarte a los cambios que no eliges, tienes que utilizar estrategias de supervivencia animal.
Aquí van mis 4 estrategias animales y humanas:-) para adaptarte a los cambios que no eliges:
1. No actúes pasivamente
Hay ciertos cambios que son posibles de cuestionar. Por ejemplo, si te van a cambiar de función en tu trabajo y no te gusta lo que está pasando, no tienes porqué ser neutral y actuar de forma pasiva. Es importante que digas lo que sientes y piensas con respecto a ese cambio y que muestres cuánto te importa aquello que estás defendiendo.
Si no intentas revertir el cambio que te proponen, quizá te arrepientas durante mucho tiempo.
2. Ante la inevitabilidad, busca la oportunidad
Cuando hay cambios que son inevitables, que tú no controlas, la actitud que tomes va a ser lo que te haga salir bien parada de esa situación.
Mira para atrás y date cuenta que los cambios que en el pasado te sorprendieron. E incluso te dolieron, terminaron siendo para bien. Por eso, la mejor actitud es el positivismo y creer que “todo sucede por algo mejor”.
Para detectar qué es lo mejor de esa situación inevitable, cada vez que te encuentres quejándote internamente de lo sucedido, cambia tu pensamiento y hazte una pregunta ¿Qué hay de bueno en esta situación? Vas a ver cómo tu mente entra en modo de “construcción” versus “destrucción”.
3. El equivocado concepto de “para siempre”
Así como un día la esclavitud era lo normal y un día -por suerte- terminó, el “para siempre” también es lo esperado en nuestra sociedad y nos llegó la hora de darnos cuenta que eso, también terminó.
Cuando nos casamos, juramos estar juntos “hasta que la muerte nos separe”. Cuando entramos en un club, es para toda la vida. Cuando buscamos un trabajo en una empresa, es para hacer carrera allí y tener un trabajo estable.
Hoy la realidad es que lo que es estable y constante es el cambio y la realidad nos muestra que no todo va, ni puede, durar toda la vida.
Nuevamente la actitud y la filosofía de vida es lo que diferencia a las personas que se adaptan rápidamente al cambio de aquellas que lo resienten y sufren durante mucho tiempo.
Con la sabiduría de que todo cambiará, en los momentos en los que algo te esté saliendo bien, valóralo y aprende de ese momento ¿Qué está haciendo bien para que esto esté bien?
Las personas tenemos que acostumbrarnos a aprender de los buenos momentos, siendo conscientes de que nada dura para siempre.
4. El cambio: dentro del descontrol, está el control
¿Por qué las personas le tienen miedo a los aviones cuando en realidad son el medio de transporte más seguro? La respuesta es: porque no tenemos el control y porque desconocemos cómo funciona un avión.
En todo proceso de cambio inesperado, hay una cosa que tú puedes controlar. No tiene que ver con pilotar el avión porque no está en tus manos. Lo que está en tus manos es pilotar tus pensamientos y tus emociones.
Actitud y filosofía nuevamente es lo que te va a ayudar en una situación de “descontrol”. Piensa que todo tiene solución. Mira hacia atrás y date cuenta cómo en el pasado, aquello que te parecía imposible de resolver, fuiste capaz de hacerlo.
La próxima vez que te encuentres en un momento de estrés por un cambio inesperado, recuerda que lo más importante eres tú y que al igual que los animales, también te puedes adaptar para sobrevivir en tu habitat.
Estás en tus manos y en tus manos está adaptarte lo más rápidamente para poder progresar.
Concluyendo…
Lo único que es constante es el cambio. Adaptarte rápidamente es algo que puedes aprender y estás en la página adecuada para hacerlo, ya que nuestra especialidad es ayudarte a cambiar tu vida, que empieza por entender tus emociones para que puedas adaptarte más fácilmente a los cambios que te vienen dados, encontrar la oportunidad en ellos y además, enfocarte en construir la vida como la quieres vivir y no como te toca vivirla.
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